El economista chino Wei Shang-jin, antiguo economista jefe del Banco de Desarrollo Asiático, publicó el 13 de octubre, el sitio web Project Syndicate un importante "Caso económico para la Franja y la Ruta de China". Wei apunta que algunos en Occidente se quejan que China tiene una burbuja financiera que está por reventar y que podría echar abajo el sistema financiero mundial. Tonterías, sostiene.
Wei escribe:
"Los críticos se preocupan de que China podría estar bastante enfocada en expandir su influencia geopolítica, con el fin de competir como Estados Unidos y Japón, lo que podría impulsar proyectos que tienen poco sentido económico. Pero si se cumplen unas pocas condiciones, el asunto económico para esa iniciativa es firme."
Cuando habla sobre la inversión de infraestructura a gran escala, como la IFR de China que construye puertos, carreteras, escuelas, hospitales, plantas y redes de energía, Wei escribe:
"La iniciativa podría funcionar más bien como el Plan Marshall pos-1945 de EE.UU., que es alabado universalmente por su contribución a la reconstrucción y recuperación económica de Europa devastada por la guerra."
Apunta que China tuvo $4 billones de dólares en reservas de moneda extranjera en 2013:
"que rindieron un retorno en dólares muy bajo (menos del 1% anual). En términos de la moneda propia de China, los retornos fueron negativos, dada la esperada apreciación del renminbi contra del dólar estadounidense en ese momento".
Por consiguiente,
"Las inversiones de la Franja y la Ruta no son especialmente costosas para China, especialmente cuando se toman en cuenta sus beneficios potenciales de gran alcance... En particular, porque la eficiencia no es la consideración principal, las empresas estatales chinas podrían buscar proyectos de bajo retorno. Sin embargo, mientras la Iniciativa de la Franja y la Ruta se dirija claramente en parte por objetivos estratégicos, un análisis coste-beneficio demuestra que el asunto económico es además muy sólido".
Apunta que tales políticas de ganar-ganar son de gran beneficio para las economías reales de China, EE.UU. y otros (tal y como los ejecutivos de la compañía Carterpillar dijeron recientemente en lo referente a la explosión de sus ventas en equipamiento de construcción a lo largo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta). "Una década después de que estallara la crisis financiera", Wei escribe,
"la recuperación se mantiene débil y tentativa en gran parte del mundo. Las fuertes inversiones en infraestructura a gran escala pueden proporcionar los muy necesarios estímulos a corto plazo a la demanda agregada global... En un plazo más largo, la nueva infraestructura aliviará los cuellos de botella logísticos, reduciendo los costes de la producción de insumos. El resultado será una mayor productividad y un crecimiento global más rápido."
Concluye:
"En una era donde algunos de los países más influyentes del mundo se retraen, hablando sobre erigir barreras comerciales y considerando muros fronterizos, el mundo necesita iniciativas enfocadas en construir puentes y rutas, tanto iniciativas figuradas como literales como la estrategia de la Franja y la Ruta".
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